Impuesto sobre los envases plásticos no reutilizables

Los envases plásticos no reutilizables siempre han sido un inconveniente para alcanzar una economía más verde. Sin embargo, ahora se han convertido en una amenaza para la estabilidad de millones de empresas que utilizan el plástico como materia prima debido a un impuesto instaurado en el Proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados. A continuación, te detallaremos de qué se trata. 

¿Qué implica la aplicación de este impuesto? 

El 18 de mayo de este año, bajo el Proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, fue aceptado un impuesto sobre los envases plásticos no reutilizables con el objetivo de minimizar su efecto en el planeta, fomentar la utilización del plástico reciclable como materia prima, así como el cumplimiento de las obligaciones fiscales con las organizaciones europeas. 

Lo último se postula como algo innovador, pues la finalidad principal de los impuestos es obtener los fondos para financiar los gastos públicos. Se estima que el tributo se hará efectivo en el segundo trimestre del 2022, abarcando la elaboración y la importación de este tipo de recipientes plásticos en nuestro mercado. 

El impuesto consiste en 0,45 euros por kilogramo de plástico no reciclado utilizado en envases y embalajes. El establecimiento de este impuesto no resulta algo negativo en sí mismo, pero presenta una problemática: no hay una repercusión jurídica, es decir, no se fuerza a nadie a pagarlo. Lo anterior representa un vacío fiscal, ya que esta obligación sí está presente en otros impuestos parecidos. 

¿Qué consecuencias acarrea? 

Debido a que el impuesto sobre los recipientes y embalajes plásticos no reutilizables no posee repercusión jurídica, los fabricantes tienen muchas dificultades para ofrecer un costo real de sus productos a su clientela, sobre todo si tomamos en cuenta que estamos hablando de un ámbito constituido por pequeñas y medianas empresas. Estas trabajan con contratos a largo plazo y cuentan con pocos recursos para hacer frente al impuesto, debido a su naturaleza. 

Teniendo esto como marco de referencia, el resultado de la no repercusión jurídica del gravamen sería la devastación de un gran porcentaje de la actividad económica y la pérdida de muchos puestos de trabajo ligados al sector del plástico. 

Así pues, si las compañías pertenecientes al sector quebrarán a raíz del impuesto, las administraciones públicas tendrían la falta de unos 2.000 millones de euros en recaudación. Este es un monto que supera con creces a lo que se prevé conseguir con la cobranza de este arancel: unos 982 millones de euros. 

Por ende, es una medida para nada conveniente fiscalmente. Además, a esto habría que sumarle el problema del desempleo y sus consecuencias socioeconómicas. Otro panorama que es importante resaltar es que si este tipo de empresas cesan sus actividades, toda la economía se vería afectada, pues en la actualidad necesitamos plásticos para comercializar casi cualquier producto. 

Sitios más afectados 

Las compañías dedicadas a la fabricación de envases de plástico y embalajes están presentes en todo nuestro territorio, pero son especialmente predominantes en las comunidades autónomas, como por ejemplo País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana, La Rioja y Navarra. Estos lugares son importantes, pues su aportación al PIB (Producto Interno Bruto) es de millones de euros, lo cual es un indicador de la riqueza que aportan a la economía y bienestar de nuestro país. 

Desde Plásticos Maysan, creemos que de cambiarse un poco los lineamientos legales impuestos hasta ahora y de existir la repercusión jurídica de la contribución, se facilitaría la aplicación de esta, y, así muchas empresas no estarían en peligro de cerrar sus puertas porque podrán comprometerse con los órganos pertinentes sin afectar negativamente su capital. 

Nuestro objetivo, como empresa fabricante de bolsas y embalajes plásticos con 25 años de experiencia en la industria, es fomentar el empleo del plástico reutilizable para cuidar más nuestro planeta sin menoscabar la estabilidad económica. Solo así podemos construir un modelo integral tanto económico y ecológico donde todos salgamos beneficiados.